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Sociedad: El calendario





Cada civilización ha tenido una forma de contabilizar el paso del tiempo y medir las estaciones. En el antiguo Egipto no fue diferente y hay varios elementos que conviene destacar en cuando al calendario porque además ayudan a comprender otros aspectos de la vida y la religión. Este calendario egipcio se conoce como calendario Sotíaco (por la estrella Sotis - Sirio)

En primer lugar, hay que establecer que los años no se medían siguiendo un punto fijo y desde ahí contando hacía adelante como hacemos nosotros con el nacimiento de Cristo o los romanos con el Ab urbe condita, sino que se contabilizaban los años desde que el rey accedía al trono. De esa forma, cuando un rey comenzaba a reinar era el primer año de tal rey y cuando moría y era sustituido por otro esa cuenta se reiniciaba y volvíamos a estar en el primer año del nuevo rey.

Antes de establecer un calendario, o de considerar la existencia de uno, tiene que surgir una primera necesidad: la de medir y controlar el paso de las estaciones o hechos relevantes. En el antiguo Egipto no había un hecho más relevante que la crecida del Nilo, del que dependía la totalidad de la población, pudiendo provocar años de abundancia o periodos de hambruna según fuese la crecida durante un año o periodo de años.

Por este motivo, principalmente, se vio la necesidad de saber cuándo se produciría la siguiente crecida y para esto los habitantes tuvieron que dejar pasar varios años para poder darse cuenta mediante mediciones de días o semanas, que el río se desbordaba cada 365 días, más o menos. Esta debió ser la primera necesidad que llevó a los egipcios a medir el tiempo y a crear un calendario. Sabiendo cuándo llegaría la nueva crecida podrían prepararse mejor y dividir los meses de una forma consecuente a las actividades que podrían desarrollar en ellos.

Esta teoría fue sostenida por primera vez por O. Neugebauer y sostenida por muchos estudiosos apoyándose además en nuevas pruebas fruto de la colaboración de los profesores Belmonte y Krauss (Belmonte 2009 & 2012) que, examinando detenidamente los años de reinado que figuran en la piedra de Palermo, ha podido observar que, entre los reyes de la dinastía I, dos de ellos reinaron en el mismo año, contabilizando los meses de ese año que le corresponden a cada uno de ellos. El primer rey figura que reinó durante 6 meses y 7 días de ese año y el segundo lo hizo durante 4 meses y 3 días. Se sabe que ambos compartieron el años porque solo hay anotada una crecida para los respectivos periodos de ambos reyes durante ese año. Si sumamos veremos que solo obtenemos 10 meses y 10 días, un espacio muy corto para considerar tanto un año lunar como solar, por lo que la única explicación posible es que se midiese el tiempo entre dos crecidas del río.



El calendario que se usaba en Kemet es el primer calendario solar de la historia. Estaba dividido en doce meses de 30 días cada uno organizados en semanas de diez días. Al finalizar el último día del último mes del año se añadían cinco días extra (que redondeaban el total hasta los 365 días) dedicados a cinco dioses. Son llamados en la actualidad como días epagómenos, llamados así por los griegos.

La forma de estructurar el año en periodos de 365 viene dada no solo por Ra (el sol) sino también por Japi (el río Nilo) ya que cada año crecía y regaba las tierras en torno al mismo periodo de tiempo. Los mismos egipcios eran conscientes de que, aún así, existía una diferencia de 6 horas al año de adelanto, ya eran conscientes de ello desde la dinastía III en que Injetep promulgó la primera reforma del calendario. No solo esto, sino que, a pesar de todo, el contar con años de 365 días implicaba que cada 4 años había un día de retraso, hecho que repercutía en que solo tras 1460 años el ciclo solar volvería a ajustarse.

De esta manera, el año se dividía en tres estaciones llamadas Ajet o estación de la Inundación que se desarrollaba entre finales de nuestro verano y principios del otoño, Peret o estación de la siembra que se desarrollaba entre el invierno y el principio de la primavera y Semu o recolección que se desarrollaba entre finales de la primavera y principios del verano. Cada estación tenía una duración de 4 meses, que a su vez se dividía en 12 semanas, cada mes contaba 3 semanas. Estas semanas no eran como las nuestras sino de 10 días. Esta cuenta de 10 se utilizó desde el comienzo del Reino Antiguo y servía para marcar el ritmo laboral de los habitantes de la tierra negra.

Los meses no tenían nombres como los nuestros, sino que se numeraban siguiendo el orden de los mismos dentro de una estación. A partir del Imperio medio, sin embargo, cada mes tenía su propio nombre. Para ver un ejemplo práctico, encontramos que un día cualquiera podía ser el día 5 del segundo mes de Ajet del año 6 del reinado del rey x. El año en términos de calendario, independientemente de la cuenta de los años de reinado, tenía su comienzo en el solsticio de verano y el comienzo de las inundaciones.

Nombre de los meses a partir del Imperio nuevo y posteriormente:

NÚMERO MES
ESTACIÓN
NOMBRE ORIGINAL
NOMBRE GRIEGO
FECHA ACTUAL
1
Primero de Ajet
Yejuti
Thot
29 de agosto -
27 septiembre
2
Segundo de Ajet
Pa-en-Ipat
Paofi
28 de septiembre -
27 octubre
3
Tercero de Ajet
Jut jer
Athyr
28 de octubre -
27 noviembre
4
Cuarto de Ajet
Ka jer ka
Shiak
28 de noviembre -
26 diciembre
5
Primero de Peret
Ta-Aabet
Tybi

27 de diciembre -
25 enero
6
Segundo de Peret
Pa-en-Mejer
Meshir

26 de enero -
24 febrero

7
Tercero de Peret
Pa-en-imenjetep
Famenat
25 de febrero -
26 marzo
8
Cuarto de Peret
Pa-en-Renenutet
Farmuti

27 de marzo -
25 abril
9
Primero de Semu
Pa-en-jensu
Pajon
26 de abril -
25 mayo
10
Segundo de Semu
Pa-en-Enet
Payni
26 de mayo -
24 junio
11
Tercero de Semu
Apep
Epifi
25 de junio -
24 julio
12
Cuarto de Semu
Mesut-Ra
Mesore
25 de julio -
23 agosto

Un dato importante para comprobar el conocimiento que tenían en el país del Nilo del paso del tiempo y de la astronomía lo encontramos en el techo de la tumba de Senemut en Deir el Bahari en el que aparecen figuras y datos específicos acerca de los ciclos lunares, constelaciones y segmentos de tiempo. Este techo astronómico ha sido muy debatido, todavía se encuentra abierto a debate en varios aspectos que no disponen de un consenso claro en cuanto a qué muestran y cómo lo hacen, ya que nos muestra una segmentación en 24 unidades (u horas), 12 de las cuales serían nocturnas.

Otra vista del techo astronómico de la tumba de Senemut.


Hemos visto de dónde surge, o podría surgir la necesidad de medir el tiempo así cómo se organizaban las estaciones, semanas y años de reinado junto a unos brevisimos apuntes sobre el techo astronómico de la tumba de Senemut, pero lo que no podemos saber a ciencia cierta es si estos calendarios, estos cálculos y teorías, eran aplicados a los habitantes ordinarios del valle del Nilo o se trataban de herramientas administrativas y religiosas que en poco afectaban a los trabajadores regulares, más allá de organizar sus jornadas de trabajo en semanas de 10 días y regular las fiestas locales y nacionales.

                                                                                                Techo astronómico de la tumba de Senemut.

Como siempre sucede cuando estudiamos la cultura del antiguo Egipto, lo que encontramos pertenece a una élite administrativa y religiosa por lo que es muy complicado inferir cómo afectaba o cómo era percibido esto por la población.


(Entrada revisada y actualizada a 23/04/2020)











Bibliografía:


Castro Martín, Belén - A historical review of the egyptian calendars: The development of time measurement in ancient egypt from Nabta Playa to the Ptolemies (2015)

Llagostera Cuenca, Esteban - La medición del tiempo en la Antigüedad: el calendario egipcio y sus "herederos" (2006)

Neugebauer, O - The Origin of the Egyptian Calendar, Journal of Near Eastern Studies Vol. 1, No. 4 (Oct., 1942), pp. 396-403

Vivas, Francisco - Algunas observaciones en torno al calendario del monumento de Senenmut y el posible objeto astronómico representado en su techo. (2017)

Wilson, Ja, Torner Fm - La cultura egipcia (1953)


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